BUÑUELOS DE VIENTO

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Buñuelos de viento

Ya ha llegado una de esas épocas del año que no me gustan nada: Halloween. Será que me estoy haciendo mayor pero ¿en que momento cambiamos los buñuelos de viento y los hueso de santo por las calabazas y los disfraces? No es que sea yo una ferviente defensora del día de todos los santos tradicional, pero tampoco entiendo muy bien eso de tener que importar tradiciones. Ojo, que no estoy en contra de que la gente lo celebre, pero a mi no me gusta. Lo dicho, me estoy haciendo mayor…

En fin, después de mi queja de abuela gruñona, os venía yo ha hablar de los buñuelos de viento. Me encantan los buñuelos, bien rellenitos de nata o crema pastelera…¡una delicia! Cuando era pequeña solíamos ir todos los domingos al monte con unos amigos. El era pastelero y cuando se acercaban estas fechas siempre traía buñuelos de viento. ¡¡No os podéis imaginar lo ricos que saben después de una caminata de 2 horas por el monte!!!

La masa es muy fácil de hacer pero el proceso de freírlos es un poco más largo (no difícil, pero sí da trabajo). Si sois fans de las recetas tradicionales seguro que os gustan tanto como a mi. Contadme en los comentarios o en instagram ¿Que pensáis vosotros de Halloween?

buñuelos de viento

RECETA DE BUÑUELOS DE VIENTO

INGREDIENTES (para unos 10 buñuelos):

  • 38 gr de harina
  • 3 gr de levadura química
  • 63 gr de agua
  • 13 gr de mantequilla
  • 1 huevo
  • Una pizca de sal
  • Aceite para freir
  • Azúcar para rebozar
  • Un trocito de cascara de limón (sin la parte blanca) OPCIONAL

buñuelos de viento

ELABORACIÓN:

-Mezclamos la harina con la levadura y reservamos.

-En un cazo ponemos el agua, la mantequilla, la peladura de limón y la sal. Calentamos hasta que hierva.

-Cuando rompa a hervir retiramos el limón, apagamos el fuego y añadimos toda la harina de golpe. Removemos con una cuchara de madera hasta integrar bien. Quedará una masa muy espesa que se despega de las paredes. Dejamos enfriar durante unos 5 minutos.

-Cuando la masa esté tibia añadimos el huevo y, de nuevo con una cuchara de madera, mezclamos bien. Al principio costará que el huevo se integre. Hay que trabajar la masa bastante, pero poco a poco iremos viendo que la masa va quedando integrada. Nos debe quedar una masa espesa pero que al levantar la cuchara caiga de ella sin dificultad.

-Ponemos el aceite en una sartén un poco profunda o un cazo y lo calentamos a fuego medio. Cuando el aceite esté caliente vamos vertiendo porciones de masa con la ayuda de una cucharilla o una manga pastelera. No haremos porciones demasiado grandes porque crecen mucho de tamaño al freír. El tamaño ideal sería el que entra en una cucharilla de postre. ¿Recordáis las canicas? Aquellas bolas de cristal con las que jugábamos cuando eramos pequeños. Había unas que eran un poco más grandes (nosotros las llamábamos canicones) pues de ese tamaño (lo dicho me hago vieja…)

-No hay que freír muchos buñuelos al mismo tiempo, ya que crecen mucho de tamaño y si no tienen espacio para crecer se desinflarán.

-Veremos que cuando echamos la masa en el aceite caliente en seguida sale a flote. Cuando los buñuelos estén hechos por un lado ellos mismos se irán dando la vuelta (si pasado un tiempo vemos que no lo hacen lo haremos nosotros).

-Según se vayan haciendo iremos sacando los buñuelos a un papel absorbente y mientras aun estén calientes los rebozamos con azúcar. Los ponemos en una rejilla para que se vayan enfriando.

-Cuando estén fríos los podemos rellenar de nata, crema pastelera o trufa. O dejarlos tal cual. Lo que más os guste. Nosotros los hemos rellenado de crema pastelera. Podéis encontrarla en nuestra receta de goxua.

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